Girl flying kite in the wind

¿En qué se parece el viento al Espíritu Santo?

Esta pregunta me trae a la mente un versículo bíblico:

Girl’s hair blowing in the wind. Photo copyrighted.

“El viento sopla donde quiere.
Oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va.
Así es con todo aquel que nace del Espíritu.” —Juan 3:8

La palabra espíritu, tanto en hebreo como en griego, significa «aliento» o «viento». Tanto una brisa como una ráfaga de aire son imágenes apropiadas para el Espíritu Santo.

Consideremos varias propiedades del viento.

Photo copyrighted. Lic: h
Los globos aerostáticos van a donde los lleve el viento.
  1. El viento es aire en movimiento, y este aire fresco es necesario continuamente para la vida misma. Incluso las semillas a menudo requieren del viento para su dispersión y posterior crecimiento. De igual manera, el Espíritu Santo es la presencia de Dios, la fuente de toda vida.

  2. El viento no tiene forma ni figura material. Es invisible; no podemos ver su origen ni su destino. Es una fuerza misteriosa e invisible. Sin embargo, su presencia se reconoce por sus efectos.

    Maple tree. Photo copyrighted.
    Los arces dependen del viento para llevar sus semillas a nuevos lugares donde puedan crecer nuevos árboles.

    De igual manera, el Espíritu Santo invisible puede experimentarse de manera refrescante. Su presencia se manifiesta en la obra que realiza en las vidas humanas al transformar, santificar, animar y enseñar.

  3. Girl with umbrella in the wind. Photo copyrighted. Lic: h

    El viento es una fuerza poderosa. No puede ser detenido ni controlado por las personas. De igual manera, el Espíritu Santo no está sujeto al control humano. El obrar del Espíritu Santo es Dios.

  4. Hay una gran variedad en el viento. Puede ser un suave susurro que agita suavemente las hojas de los árboles, o puede ser un huracán que los arranca de raíz.

    De la misma manera, el Espíritu Santo puede llevar suavemente a una persona a Cristo, como por ejemplo un niño pequeño criado en un hogar cristiano, o puede obrar de una manera dramática y culminante para traer convicción y conversión al pecador endurecido.

    En Hechos 16, se contrasta a Lidia, cuyo corazón el Señor abrió (versículo 14), y al carcelero, quien necesitó un terremoto para recobrar su sentido espiritual (versículo 30). En ambos casos, el Espíritu Santo realizó la obra regeneradora.

Scene from The HOPE. Photo copyrighted.¡Vea una escena de nuestro video en línea! Vea cómo el Espíritu Santo vino primero como un viento impetuoso a los seguidores de Jesucristo.

Autor: Dr. Donald B. DeYoung de Creation Research Society — Christian Answers miembro del equipo. Publicado por primera vez en Weather and the Bible (Grand Rapids: Baker Book House Company, 1992). Usado con permiso. Copyright © 2003, Donald B. DeYoung.

Preguntas y respuestas

Para maestras y padres…

Versión del artículo: 29 noviembre 2025