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No es secreto que la Cristiandad en los Estados Unidos, Gran Bretaña y otras naciones está siendo atacada fuertemente a través de los medios, en las escuelas, en las cortes, y, demasiado frecuentemente, aún en las iglesias. En una cultura que sistemáticamente busca desacreditar a Cristo y Su Palabra, el teólogo (y Pastor para el área de Chicago) Dr. Erwin Lutzer ha emitido la siguiente observación: “El Código Da Vinci es el más serio ataque en contra de la Cristiandad que yo haya podido evidenciar.”[1] A la luz de tan valiente enunciado, permítanos mirar más de cerca a la novela inmensamente popular de Dan Brown, y la cual, bajo el mismo título, será llevada a la pantalla grande muy pronto, y su posible impacto en la iglesia y en la cultura. La novelaAun cuando Dan Brown nos quiere hacer creer que “todas las descripciones de las obras de arte, arquitectura, documentos, y rituales secretos en esta novela son correctos;”[2] El Código Da Vinci es un trabajo de ficción, completo con hombres buenos, hombres malos, y escapes realizados en tiempo limitado. Su protagonista, el criptologista de la Universidad de Harvard, Robert Langdon, es un personaje de un carácter bastante pasivo, y de poca complejidad. Además, la trama de la novela es predecible, y el guión, aunque ocasionalmente es muy bueno, no es memorable, es pasablemente entretenido como ficción “popular”,[3] más, en lo absoluto, no entra dentro del tipo de novela que soportaría la prueba del tiempo necesario para llegar a ser un clásico, y, sin embargo, El Código Da Vinci ha llegado a ser considerado como una sensación mundial. La gran atracción de esta, de otro modo, extraordinaria novela, es su tema central: una teoría de conspiración, la cual es, simplemente, la visión de Jesús casado con María Magdalena. Luego de la muerte de Jesús, María supuestamente huye con su hijo, y al cabo del tiempo, se convierte en un símbolo “femenino sagrado” del paganismo antiguo. Esta teoría es apenas nueva para Dan Brown; cualquier estudiante serio de la historia eclesiástica estará familiarizado con esta antigua (pero a la vez aberrante) tradición, la cual ha sido considerada como herejía tanto por los Católicos como por los Protestantes.[4] Sin embargo, uno debe buscar (y no tan profundamente) en las bases “históricas” de esta tradición para convencerse de que es, efectivamente, sólo una ficción. Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln[5] han admitido lo siguiente sobre sus propias investigaciones:
Pero el asalto en contra de Cristo y Su Palabra, la Biblia, en El Código Da Vinci corre más profundamente que un mero debate de la teoría de una conspiración antigua. Al plantar semillas de dudas en la mente de los lectores, en referencia a cómo la Biblia vino a existir, la novela—y presumiendo, la película también —se convierte en un asalto directo en contra de la autoridad de las Escrituras. De acuerdo al protagonista de esta novela de ficción, el ficticio historiador creado por el Sr. Brown, llamado Leigh Teabing,[7] el Emperador Romano, Constantino buscó entre los antiguos evangelios, haciendo elección de los que mejores sirvieran a su agenda política, y creando, lo que nosotros ahora conocemos como la Biblia, a la vez que, por su propia voluntad, suprimía otros documentos más viables.[8] (En realidad, el canon de las Escrituras no fue entregado al consejo de las iglesias hasta después de la muerte de Constantino—el Consejo de Nicea en los tiempos de Constantino estaba mucho más preocupado por la divinidad y la naturaleza de Cristo). La historia “ficticia” del Sr. Brown sobre la lección de la historia es una mofa seudo-académica que ha sido repetidamente refutada por los estudiosos de la historia y de la Biblia.[9] Idealmente, sólo los muy ingenuos serían engañados por tales afirmaciones, dentro de un mundo de ficción; sin embargo, la triste verdad, es que una gran cantidad de la población es muy ingenua con referencia a la Palabra de Dios, y lo que es peor, muchos están desesperados por encontrar una excusa para no creerla y para no obedecerla.[10] Para ellos, las falsedades inteligentemente presentadas en El Código Da Vinci serán toda la justificación que ellos necesitan para continuar negando la autoridad de la Biblia. Irónicamente, es en este contexto que muchos de los lectores serán primeramente introducidos al fascinante tópico de las “Secuencias Fibonacci y la Divina Proporción.” Favor de buscar (barras complementarias) mayor información sobre esta interesante evidencia que apoya la creación, y no a la evolución. El asalto¿Está en lo correcto el Pastor Lutzer, al marcar al Código Da Vinci como “el más serio ataque en contra de la Cristiandad” de nuestro tiempo? En un sentido, él le ha llegado bien cerca de la verdad, porque el mayor ataque en contra de la Cristiandad y Jesucristo, es, y ha sido siempre, el decidido ataque en contra de Su Palabra. Sin embargo, en esta guerra, El Código Da Vinci es sólo un pequeño diente del engranaje de una gran rueda. Cuántos teólogos y líderes Cristianos se encuentra en estos momentos con los brazos alzados en contra de un mediocre trabajo de ficción, mientras continúan enseñando que no se puede confiar en los 66 libros que se encuentran en la Palabra de Dios, especialmente Génesis? El Código Da Vinci El Código Da Vinci algún día pasará de moda, mientras generaciones de Cristianos continúan resbalando en ese camino cenagoso que es la incredulidad que se inicia con un compromiso. Es en este campo de batalla que la verdadera guerra se está luchando. Haga elección o no un creyente (con discreción) de leer El Código Da Vinci o decida este ver la película o no, es imperativo estar informado de todos los aspectos del asalto en contra de la Palabra de Dios—cualquiera que sea la forma que esta tome—y estar “preparados para dar una respuesta” (1 Pedro 3:15) para poder sosegadamente e inteligentemente vencer cualquier obstáculo al Evangelio de Jesucristo. Referencias y notas
Autora: Melinda Christian, Answers in Genesis USA Texto con derechos de autor © 2006, Answers in Genesis USA (Respuestas en Génesis EEUU), Todos los Derechos Reservados— excepto como se indica en el anexo“Uso y Derechos de Autor” página que permite a ChristianAnswers.Net usar generosamente estos derechos para la evangelización en los hogares, iglesias, escuelas y para testimonio personal. Las ilustraciones y gráficos bajo derechos de autor, 2006, a favor de Films for Christ. Importante información adicional
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